miércoles, 16 de septiembre de 2009

Preguntas retóricas periodistas y medios (1611-1620)

Para pensar, meditar y reflexionar...

1611) ¿No es gracioso como el Grupo Clarín, que en la actualidad maneja 264 (¡264!) licencias de medios de comunicación en todo el país, se muestre preocupado porque con la nueva Ley de Radiodifusión se atente contra “el pluralismo de ideas”, “la independencia periodística”, “la libertad de expresión” y/o “la libertad de prensa” (¡¡!!)?

1612) ¿No es gracioso como los cuatro grandes grupos económicos que, hoy por hoy, son propietarios del 80 por ciento (¡80 por ciento!) del total de los medios de todo el país, se muestre preocupado porque con la nueva Ley de Radiodifusión se atente contra “el pluralismo”, “la independencia periodística”, “la libertad de expresión” y/o “la libertad de prensa” (¡¡!!)?

1613) ¿No es paradójico que los grandes medios que escorcharon hasta el hartazgo con la imperiosa necesidad de que se hagan las audiencias públicas para tratar el proyecto de nueva Ley de Radiodifusión; luego no hayan pasado, a través de sus oligopólicas pantallas, no ya las sesiones enteras como decían pretender, sino aunque sea un mísero informe o compacto de dichas reuniones, de las que participaron representantes de pueblos originarios, de radios comunitarias, de comunicadores alternativos, de excluidos del actual sistema, de militantes sociales, de luchadores populares, de organismos de derechos humanos, de asociaciones sin fines de lucro y de organizaciones no gubernamentales; reduciendo dicha instancia a las siempre destempladas, crispadas y corporativas declaraciones, en la cadena nacional de los medios privados, de los empleados favoritos de los monopolios comunicacionales, como son Silvana Giúdice, Patricia Bullrich, Graciela Caamaño, Federico Pinedo y Fernando Iglesias, entre otros impresentables?

1614) ¿El Ernesto Tenembaum que ahora dedica horas y horas de sus programas de radio y televisión en hablar (siempre en contra, claro) sobre la nueva Ley de Medios, es el mismo que a pedido de la patronal, cuando se desarrollaban los foros y debates por todo el país, los desconocía, los escondía, los ocultaba y los ninguneaba, y que decía sin ponerse colorado que la discusión sobre una futura Ley de Radiodifusión no le interesaba, ni le preocupaba, ni le importaba en absoluto?

1615) ¿No es gracioso que los grandes monopolios multimediáticos dominantes digan defender el concepto de “libertad de expresión”, pero que tilden de “preocupante”, “peligroso” y “amenazante” el proceso de democratización, de inclusión y de apertura a nuevos actores, nuevas miradas y nuevas voces al mundo de las telecomunicaciones?

1616) ¿Ningún periodista de los considerados “independientes” en vez de preguntarle a De Narváez por qué se opone a la nueva Ley de Radiodifusión, le va a preguntar alguna vez por qué primero no cumple con la actual?

1617) ¿No es paradójico que los periodistas, comunicadores y medios que tildan de “ley mordaza” al proyecto de nueva Ley de Radiodifusión democrática, estén defendiendo, de hecho, la vieja ley de la dictadura militar?

1618) ¿El patetismo y la decadencia moral de los sectores que se oponen a una nueva Ley de Radiodifusión de la democracia, y por ende defienden la vieja ley de la dictadura y del menemismo, queda en evidencia no tanto en las solicitadas de las corporativas cámaras empresariales con visibles intereses creados, sino más bien en los spots televisivos en el prime time de los canales privados de una ignota, desconocida, misteriosa y al parecer acaudalada, acomodada, opulenta, pudiente, poderosa y sospechosamente ricachona Fundación Valores (¿?)?

1619) ¿Los periodistas, comunicadores y voceros de los grandes medios que a raíz de la nueva normativa audiovisual se llenan la boca y se rasgan las vestiduras hablando de “el respeto por la propiedad”, de “la seguridad jurídica” y de “los derechos adquiridos”, no deberían, entonces, abogar para que las grandes corporaciones usurpadoras, saqueadoras, conquistadoras, inquisidoras y colonizadoras les devuelvan todo lo que les corresponde a los verdaderos y legítimos dueños, es decir, a los pueblos originarios, a las poblaciones aborígenes y a las comunidades indígenas?

1620) ¿No pareciera ser que con todo esto de la nueva Ley de Medios, al Grupo Clarín lo que le preocupa de sobremanera no es en realidad la chance de que haya nuevos medios independientes, sino más bien la posibilidad concreta de perder la potestad de construir la agenda única?

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