martes, 11 de enero de 2011

Adiós, María Elena

Para chicos:


Manuelita la tortuga

Manuelita vivía en Pehuajó
pero un día se marchó.
Nadie supo bien por qué
a París ella se fue
un poquito caminando
y otro poquitito a pie.

Manuelita, Manuelita,
Manuelita dónde vas
con tu traje de malaquita
y tu paso tan audaz.

Manuelita una vez se enamoró
de un tortugo que pasó.
Dijo: ¿Qué podré yo hacer?
Vieja no me va a querer.
En Europa y con paciencia
me podrán embellecer.

En la tintorería de París
la pintaron con barniz.
La plancharon en francés
del derecho y del revés.
Le pusieron peluquita
y botines en los pies.

Tantos años tardó
en cruzar el mar
que allí se volvió a arrugar
y por eso regresó
vieja como se marchó
a buscar a su tortugo
que la espera en Pehuajó.



Canción para tomar el té

Estamos invitados a tomar el té,
la tetera es de porcelana
pero no se ve,
yo no se por qué.

La leche tiene frío
y la abrigaré,
le pondré un sobretodo mío
largo hasta los pies,
yo no sé por qué.

Cuidado cuando beban,
se les va a caer
la nariz dentro de la taza
y eso no está bien,
yo no sé por qué.

Detrás de una tostada
se escondió la miel,
la manteca muy enojada
la retó en inglés,
yo no sé por qué.

Mañana se lo llevan preso
a un coronel
por pinchar a la mermelada
con un alfiler,
yo no sé por qué.

Parece que el azúcar
siempre negra fue
y de un susto se puso blanca
tal como la ven,
yo no sé por qué.

Un plato timorato
se casó anteayer,
a su esposa la cafetera
la trata de usted,
yo no sé por qué.

Los pobres coladores
tienen mucha sed
porque el agua se les escapa
cada dos por tres,
yo no sé por qué.



La Reina Batata

Estaba la Reina Batata
sentada en un plato de plata,
el cocinero la miró
y la reina se abatató.

La reina temblaba de miedo,
el cocinero con el dedo,
que no que sí, que sí que no...
de malhumor la amenazó.

Pensaba la Reina Batata:
"Ahora me pincha y me mata"
y el cocinero murmuró:
"Con ésta sí me quedo yo".

La reina vio por el rabillo
que estaba afilando el cuchillo
y tanto tanto se asustó
que rodó al suelo y se escondió.

Entonces llegó de la plaza
la nena menor de la casa,
cuando buscaba su yoyó
en un rincón la descubrió.

La nena en un trono de lata
la puso a la Reina Batata
colita verde le brotó...
(a la Reina Batata, a la nena, no)
Y esta canción se terminó.



La canción del jacarandá

Al este y al oeste,
Llueve y lloverá
Una flor y otra flor celeste
Del jacarandá
Una flor y otra flor celeste
Del jacarandá

La vieja está en la cueva
Pero ya saldrá
Para ver que bonito nieva
El jacarandá
Para ver que bonito nieva
El jacarandá

Se ríen las ardillas;
Ja, jara, ja,ja
Porque el viento le hace cosquillas
Al jacarandá
Porque el viento le hace cosquillas
Al jacarandá

El cielo en la vereda
Dibujado está
Con espuma y papel de seda
Del jacarandá
El viento como un brujo
Vino por acá
Con su cola barrió el dibujo
Del jacarandá

Si pasas por la escuela,
Los chicos, quizás,
Se pondrán una escarapela,
Del jacarandá
Se pondrán una escarapela,
Del jacarandá

Al este y al oeste,
Llueve y lloverá
Una flor y otra flor celeste
Del jacarandá
Una flor y otra flor celeste
Del jacarandá
Al este y al oeste,
Llueve y lloverá.



La canción del jardinero

Mírenme, soy feliz
entre las hojas que cantan
cuando atraviesa el jardín
el viento en monopatín.

Cuando voy a dormir
cierro los ojos y sueño
con el olor de un país
florecido para mí.

Yo no soy un bailarín
porque me gusta quedarme
quieto en la tierra y sentir
que mis pies tienen raíz.

Una vez estudié
en un librito de yuyo
cosas que sólo yo sé
y que nunca olvidaré.

Aprendí que una nuez
es arrugada y viejita,
pero que puede ofrecer
mucha, mucha, mucha miel.

Del jardín soy duende fiel,
cuando una flor está triste
la pintó con un pincel
y le toco el cascabel.

Soy guardián y doctor
de una pandilla de flores
que juegan al dominó
y después les da la tos.

Por aquí anda Dios
con regadera de lluvia
o disfrazada de sol
asomando a su balcón.

Yo no soy un gran señor,
pero en mi cileo de tierra
cuido el tesoro mejor
mucho, mucho, mucho amor



El útlimo tranvía

El último tranvía
que rueda todavía
se va, se va, se va.
Qué lástima me da,
pues ya no volverá.

Por un caminito de aserrín
va el tranvía, tin tilín tilín.

Pide una manzana y no le dan
ni una esquina, tan talán talán.

Si un tranvía va por un jardín
se equivoca, tin tilín tilín.

Y si choca con un capitán
paga multa, tan talán talán.

Si a un tranvía le brota un jazmín
en el techo, tin tilín tilín,

las hormigas cómo viajarán
de contentas, tan talán talán.

Si un tranvía toma naranjín
se emborracha, tin tilín tilín.

Pero si un tranvía come pan
no se empacha, tan talán talán.



Canción de bañar la luna

Ya la Luna baja en camisón
a bañarse en un charquito con jabón.
Ya la Luna baja en tobogán
revoleando su sombrilla de azafrán.
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.

Ya la luna viene en palanquín
a robar un crisantemo del jardín
Ya la luna viene por allí
su kimono dice no, no y ella sí.
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.

Ya la luna baja muy feliz
a empolvarse con azúcar la nariz
Ya la luna en puntas de pie
en una tacita china toma té
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.

Ya la luna vino y le dio tos
por comer con dos palitos el arroz
Ya la luna baja desde allá
y por el charquito-quito
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.



Canción para vestirse

A levantarse,
dijo la rana,
mientras espiaba
por la ventana.
Tira con tirita
y ojal con botón.
Un pajarito
que está en la rama
busca el zapato
bajo la cama.
Upa, dijeron
cuatro ratones,
y se quitaron
los camisones.
--No hallo mi flauta,
protestó el grillo,
y la tenía
en el bolsillo.
Una gallina
muerta de risa
se pone el gorro
y la camisa.
Medio dormido
dice el morrongo:
--Cuando madrugo
siempre rezongo.
Y el sapo dice:
--¡Qué disparate,
desayunarse
con chocolate!
Tira con tirita
y ojal con botón.



La canción del correo

Veo, veo, veo
vuelan estampillas por el correo.
Mariposas son
que de noche duermen en el buzón.

Ya no sabe qué sucede
con el sello fechador:
pinta en vez de flechas negras
monigotes de color.

Muchas letras levantan
de su cuna de papel
y se escapan caminando
como hormigas en tropel.

Para colmo una encomienda
se desanudó el piolín
y se fue muy desenvuelta
a jugar con aserrín.

La Paloma está nerviosa.
La Paloma está mal
que se emborrachó de tinta
y se como el delantal.

La Paloma Mensajera
jefa de la sucursal
en el pico tiene un sobre
y en el sobre una postal.

De repente un telegrama
se dobló como un avión
y salió por la ventana
volando en tirabuzón.

Las mayúsculas se caen
en la cola de pegar
pero como son tan gordas
no se pueden levantar.

La Paloma se pasea
del pupitre al pizarrón
con los lentes en la pata
de la desesperación.

Veo, veo, veo
vuelan estampillas por el correo.
Mariposas son
que de noche duermen en el buzón.



Canción de la vacuna

Había una vez un bru,
un brujito que en Gulubú
a toda la población
embrujaba sin ton ni son.

Pero un día llegó el Doctorrrr
manejando un cuatrimotorrrr
¿Y saben lo que pasó?

¿No?
Todas las brujerías
del brujito de Gulubú
se curaron con la vacú
con la vacuna
luna luna lu.

La vaca de Gulubú
no podía decir ni mu.
El brujito la embrujó
y la vaca se enmudeció.

Pero entonces llegó el Doctorrrr
manejando un cuatrimotorrrr
¿Y saben lo que pasó?

¿No?
Todas las brujerías
del brujito de Gulubú
se curaron con la vacú
con la vacuna
luna luna lu.

Los chicos eran todos muy bu,
burros todos en Gulubú.
Se olvidaban la lección
o sufrían de sarampión.

Pero un día llegó el Doctorrrr
manejando un cuatrimotorrrr
¿Y saben lo que pasó?

¿No?
Todas las brujerías
del brujito de Gulubú
se curaron con la vacú
con la vacuna
luna luna lu.

Ha sido el brujito el u,
uno y único en Gulubú
que lloró, pateó y mordió
cuando el médico lo pinchó.

Y después se marchó el Doctorrrr
manejando un cuatrimotorrrr
¿Y saben lo que pasó?

¿No?
Todas las brujerías
del brujito de Gulubú
se curaron con la vacú
con la vacuna
luna luna lu.



La vaca estudiosa

Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja, muy vieja,
estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: "Estás equivocada".
Y la vaca le respondió:
"¿Por qué no puedo estudiar yo?"
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tizas
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos
y en ese lugar de Humahuaca
la única sabia fue la vaca.



Chacarera de los gatos

Tres morrongos elegantes

De bastón galera y guantes,

Dando muchas volteretas

Prepararon sus maletas

Miau, miau, miau, miau,

Michi michi miau.

Toda la ratonería

Preguntó con picardía:

- "Michifuces, dónde van?"

- "Nos vamos a Tucumán."

Miau, miau, miau, miau,

Michi michi miau.

Pues les han pasado el dato

Que hay concursos para gato,

Los tres michis allá van

En tranvía a Tucumán.

Con cautela muy gatuna

Cruzan la Mate de Luna,

Y se tiran de cabeza

Al Concurso de Belleza.

Mas como el concurso era

Para Gato... y Chacarera,

Los echaron del salón

Sin ninguna explicación.

Miau, miau, miau, miau,

Michi michi miau.

Volvieron poco después

Las galeras al revés,

Con abrojos en el pelo

Y las colas por el suelo.

Miau, miau, miau, miau,

Michi michi miau.

Le maullaron la verdad

A toda la vecindad:

- "Tucumán es feo y triste

porque el gato allá no existe."

Los ratones escucharon

Y en seguida se marcharon.

Los ratones allá van

En tranvía a Tucumán.



El show del perro salchicha

Perro Salchicha, gordo bachicha,
toma solcito a la orilla del mar.
Tiene sombrero de marinero
y en vez de traje se puso collar.

Una gaviota medio marmota,
bizca y con cara de preocupación
viene planeando, mira buscando
el desayuno para su pichón.

Pronto aterriza porque divisa
un bicho gordo como un salchichón.
Dice “qué rico” y abriendo el pico
pesca al perrito como un camarón.

Perro salchicha con calma chicha
en helicóptero cree volar.
La pajarraca, cómo lo hamaca
entre las nubes y arriba del mar.

Así lo lleva hasta la cueva
donde el pichón se cansó de esperar.
Pone en el plato liebre por gato,
cosa que a todos nos puede pasar.

El pichón pía con energía,
dice: –Mamá, te ha fallado el radar;
el desayuno es muy perruno,
cuando lo pico se pone a ladrar.

Doña Gaviota va y se alborota,
Perro Salchicha un mordisco le da.
En la pelea, qué cosa fea,
vuelan las plumas de aquí para allá.

Doña Gaviota: ojo en compota.
Perro Salchicha con más de un chichón.
Así termina la tremolina,
espero que servirá de lección:

El que se vaya para la playa
que desconfíe de un viaje en avión,
y sobre todo haga de modo
que no lo tomen por un camarón.



La Pájara Pinta

Yo soy la Pájara Pinta,
viuda del Pájaro Pintón.
Mi marido era muy alegre
y un cazador me lo mató,
con una escopetita verde,
el día de San Borombón.
Una bala le mató el canto
- y era tan linda su canción-,
la segunda le mató el vuelo,
y la tercera el corazón.
Ay ay la escopetita verde,
ay ay mi marido Pintón.
Si al oírme se ponen tristes
a todos les pido perdón.
Ya no puedo cantar alegre
ni sentadita en el limón
como antes cuando con el pico
cortaba la rama y la flor.
Yo soy la Pájara Pinta,
si alguien pregunta dónde estoy
le dirán que me vieron sola
y sentadita en un rincón
llorando de melancolía
por culpa de aquel cazador.
Al que mata a los pajarillos
le brotará en el corazón
una bala de hielo negro
y un remolino de dolor.
Ay ay la escopetita verde,
ay ay mi marido Pintón.



El adivinador

La señora nube blanca
se encontró con un señor
le dijo sos un cochino
vas todo sucio con carbón
don humo muy ofendido
saben que le contesto
Adivinador Adivina
Adivinador
la señora doña luna
se encontró con un señor
le dijo ándate viejito
que ya es tarde
para vos
don sol muy avergonzado
saben que le contestó:
Adivinador Adivina
Adivinador



Twist del Mono Liso

¿Saben saben lo que hizo
el famoso Mono Liso?
A la orilla de una zanja
cazó viva una naranja.

¡Qué coraje, qué valor!
Aunque se olvidó el cuchillo
en el dulce de membrillo
la cazó con tenedor.

La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.

A la hora de la cena
la naranja le dio pena,
fue tan bueno el Mono Liso
que de postre no la quiso.

El valiente cazador
ordenó a su comitiva
que se la guardaran viva
en el refrigerador.

La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.

Mono Liso en la cocina
con una paciencia china
la domaba día a día,
la naranja no aprendía.

Mono Liso con rigor
al fin la empujó un poquito
y dio su primer pasito
la naranja sin error.

La naranja, Mono Liso,
la mostraba por el piso,
otras veces, de visita,
la llevaba en su jaulita.

Pero un día entró un ladrón,
se imaginan lo que hizo,
el valiente Mono Liso dijo:
"Ay, qué papelón".

La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.

A la corte del Rey Momo
fue a quejarse por el robo,
mentiroso, el rey promete
que la tiene el gran bonete.

Porque sí, con frenesí
de repente dice el mono:
"Allí está detrás del trono
la naranja que perdí".

La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.

Y la reina sin permiso
del valiente Mono Liso
escondió en una sopera
la naranja paseandera

Mono Liso la salvó
pero a fuerza de tapioca
la naranja estaba loca
y este cuento se acabó.

La naranja se pasea
de la sala al comedor.
No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.

La naranja se pasea
de la sala al comedor.

No me tires con cuchillo
tírame con tenedor.



Marcha de Osías

Osías el Osito en mameluco
paseaba por la calle Chacabuco
mirando las vidrieras de reojo
sin alcancía pero con antojo.

Por fin se decidió y en un bazar
todo esto y mucho más quiso comprar.

Quiero tiempo pero tiempo no apurado,
tiempo de jugar que es el mejor.
Por favor, me lo da suelto
y no enjaulado adentro de un despertador.

Quiero un río con catorce pececitos
y un jardín sin guardia y sin ladrón.
También quiero para cuando este solito
un poco de conversación.

Quiero cuentos, historietas y novelas
pero no las que andan a botón.
Yo las quiero de la mano
de una abuela que me las lea en camisón.

Quiero todo lo que guardan los espejos
y una flor adentro de un raviol
y también una galera con conejos
y una pelota que haga gol.



En el país del nomeacuerdo

En el país de Nomeacuerdo
doy tres pasitos y me pierdo.
Un pasito para aquí,
no recuerdo si lo di.
Un pasito para allá,
¡Hay que miedo que me da!
Un pasito para atrás,
y no doy ninguno mas.
Porque ya, ya me olvidé
donde puse el otro pie.



El reino del revés

Me dijeron que en el Reino del Revés
nada el pájaro y vuela el pez,
que los gatos no hacen miau y dicen yes
porque estudian mucho inglés.
Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.

Me dijeron que en el Reino del Revés
nadie baila con los pies,
que un ladrón es vigilante y otro es juez
y que dos y dos son tres.

Me dijeron que en el Reino del Revés
cabe un oso en una nuez,
que usan barbas y bigotes los bebés
y que un año dura un mes.

Me dijeron que en el Reino del Revés
hay un perro pequinés,
que se cae para arriba y una vez...
no pudo bajar después.

Me dijeron que en el Reino del Revés
un señor llamado Andrés
tiene 1530 chimpancés,
que si miras no los ves.

Me dijeron que en el Reino del Revés
una araña y un ciempiés
van montados al palacio del Marqués
en caballos de ajedrez.
Vamos a ver cómo es
el Reino del Revés.




Para grandes:


Los ejecutivos

El mundo nunca ha sido para todo el mundo
mas hoy al parecer es de un señor
que en una escalerita de aeropuerto
cultiva un maletín pero ninguna flor.
Sonriente y afeitado para siempre
trajina para darnos la ilusión
de un cielo en tecnicolor donde muy poquitos
aprendan a jugar al golf.

Ay, qué vivos
son los ejecutivos,
qué vivos que son.
Del sillón al avión,
del avión al salón,
del harén al edén
siempre tienen razón;
y además tienen la sartén,
la sartén por el mango
y el mango también.

El mundo siempre fue de los que están arriba
pero hoy es de un señor en ascensor
a quien podemos ver en las revistas
cortando el bacalao con aire triunfador.
Lo come para darnos el ejemplo
de rendimiento máximo y confort.
Digiere por teléfono y después nos vende
conciencias puras de robots.

El mundo siempre fue de algunos elegidos,
hoy es para el que elige lo mejor,
dinámico y rodeado de azafatas
sacrificándose por un millón o dos.
Como él tiene de todo menos tiempo
nos aconseja por televisión
ahorrar, para tener estatus en la muerte,
la eternidad en un reloj.



Magoya

Hay un coso que nunca da la cara,
Dios berreta que está en ninguna parte,
comodín que inventás para quejarte
cada vez que te venden un buzón.

Andá, contásela a Magoya
la de comboys que nadie te creyó,
discurso de milicos
o cheque volador.
Estamos hasta aquí de cuentos chinos.
Andá, cobráselo a Magoya
que pagariola tu desilusión,
y el cuento de que Dios es argentino
andá corriendo, contáselo.

Hay un nadie que es víctima de todos
y es anónimo rey de la macana,
berretín que inventás de mala gana
cuando ves tanto crimen sin autor.



Vals del diccionario

Tantas cosas ya se han ido
al cielo del olvido,
pero tú sigues siempre a mi lado,
Pequeño Larousse Ilustrado.

Cuántas veces me abriste la puerta
para ir a jugar
en voz baja a una isla desierta
por un mar dibujado en el mar.

Todavía eres el embeleco
de una infancia que tiene tu edad
y palabras, en vez de muñecos,
asesina su curiosidad.

Universo de la miniatura
y aljibe total
donde sigo pescando figuras,
y no temo llegar al final.

Tú me ayudas con buenos consejos
a hacer versos por casualidad
y me asombras igual que el espejo
con la fábula de la verdad.



Sábana y mantel

Sábana y mantel.
Sábana y mantel.

Son trapos de ser humano
si humano lo dejan ser.
Sencilla gala de pobre
y no lujo de burgués
que se puede tener mucho
pero no tener con quién.

Sábana y mantel.
Sábana y mantel.

El hijo de la intemperie
los teje más de una vez
y puede con hoja verde
adornar su desnudez.
Salvaje quien duerme avaro
y mata el hambre de pie.

Sábana y mantel.
Sábana y mantel.

No te los dan en la cárcel
y por más que te los den
en el destierro no suelen
aliviar sueño ni sed
porque no saben la historia
escrita sobre tu piel.

Sábana y mantel.
Sábana y mantel.

Uno manchado de vino
que señal de gozo es
y la otra humedecida
con rocío de querer
que no le falten a nadie
en este mundo tan cruel.

Sábana y mantel.
Sábana y mantel.



Oración a la Justicia

Señora de ojos vendados
que estás en los tribunales
sin ver a los abogados,
baja de tus pedestales.
Quítate la venda y mira
cuánta mentira.

Actualiza la balanza
y arremete con la espada,
que sin tus buenos oficios
no somos nada.

Lávanos de sangre y tinta,
resucita al inocente
y haz que los muertos entierren
el expediente.

Espanta a las aves negras,
aniquila a los gusanos
y que a tus plantas los hombres
se den la mano.

Ilumina al juez dormido,
apacigua toda guerra
y hazte reina para siempre
de nuestra tierra.

Señora de ojos vendados,
con la espada y la balanza
a los justos humillados
no les robes la esperanza.
Dales la razón y llora
porque ya es hora.



Canción de cuna para gobernantes

Duerme tranquilamente que viene un sable
a vigilar tu sueño de gobernante.
América te acuna como una madre
con un brazo de rabia y otro de sangre.
Duerme con aspavientos, duerme y no mandes
que ya te están velando los estudiantes.
Duerme mientras arriba lloran las aves
y el lucero trabaja para la cárcel.
Hombres, niños, mujeres, es decir: nadie,
parece que no quieren que tú descanses.
Rozan con penas chicas tu sueño grande.
Cuando no piden casas pretenden panes.
Gritan junto a tu cuna.
No te levantes aunque su grito diga:
"Oíd, mortales".
Duérmete oficialmente, sin preocuparte,
que sólo algunas piedras son responsables.
Que ya te están velando los estudiantes
y los lirios del campo no tienen hambre.
Y el lucero trabaja para la cárcel.



El 45

Te acordás hermana qué tiempos aquellos,
la vida nos daba la misma lección.
En la primavera del 45
tenías quince años lo mismo que yo.

Te acordás hermana de aquellos cadetes,
del primer bolero y el té en El Galeón,
cuando los domingos la lluvia traía
la voz de Bing Crosby y un verso de amor.

Te acordás de la Plaza de Mayo,
cuando "el que te dije" salía al balcón.
Tanto cambió todo que el sol de la infancia
de golpe y porrazo se nos alunó.

Te acordás hermana qué tiempos de seca,
cuando un pobre peso daba un estirón
y al pagarnos toda una edad de rabonas
valía más vida que un millón de hoy.

Te acordás hermana que desde muy lejos
un olor a espanto nos enloqueció:
era de Hiroshima donde tantas chicas
tenían quince años como vos y yo.

Te acordás que más tarde la vida
vino en tacos altos y nos separó.
Ya no compartimos el mismo tranvía,
sólo nos reúne la buena de Dios.



Canción de caminantes

Porque el camino es árido y desalienta.
Porque tenemos miedo de andar a tientas
Porque esperando a solas poco se alcanza
Valen mas os temores que una esperanza

Dame la mano y vamos ya,
dame la mano y vamos ya.

Si por delicadeza perdí mi vida
Quiero ganar la tuya por decidida.
Porque el silencio es cruel peligroso el viaje
Yo te doy mi canción tu me das coraje.

Dame la mano y vamos ya,
dame la mano y vamos ya.

Animo nos daremos a cada paso
Animo compartiendo la sed y el vaso
Animo que aunque hallamos envejecido
Siempre el dolor parece recién nacido.

Dame la mano y vamos ya,
dame la mano y vamos ya.

Porque la vida es poca la muerte mucha
Porque no hay guerra pero sigue la lucha
Siempre nos separaron los que dominan
Pero sabemos que hoy eso se termina.

Dame la mano y vamos ya,
dame la mano y vamos ya.



Serenata para la tierra de uno

Porque me duele si me quedo
pero me muero si me voy,
por todo y a pesar de todo,
mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Por tu decencia de vidala
y por tu escándalo de sol,
por tu verano con jazmines,
mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Porque el idioma de infancia
es un secreto entre los dos,
porque le diste reparo
al desarraigo de mi corazón.

Por tus antiguas rebeldías
y por la edad de tu dolor,
por tu esperanza interminable,
mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Para sembrarte de guitarra
para cuidarte en cada flor,
y odiar a los que te lastiman,
mi amor,
yo quiero vivir en vos.



La cigarra

Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
Sin embargo estoy aquí resucitando.
Pero si estoy a la desgracia
y la mano con puñal
por qué mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces me borraron,
tantas desparecí,
ami propio entierro fui
sola y llorando;
hice un nudo en el pañuelo
pero me olvidé después
que no era la única vez
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.

Tantas veces te mataron,
tantas resucitarás,
cuántas noches pasarás
desesperando.
Y a la hora del naufragio
y la de la oscuridad
alguien te rescatará
para ir cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra.




El poema "Eva", que María Elena Walsh dedicó a Eva Perón y que aparece en el volumen "Canciones contra el mal de ojo" (1976).


Calle Florida, túnel de flores podridas.

Y el pobrerío se quedó sin madre llorando entre faroles sin crespones.

Llorando en cueros, para siempre, solos.

Sombríos machos de corbata negra sufrían rencorosos por decreto y el órgano por Radio del Estado hizo durar a Dios un mes o dos.

Buenos Aires de niebla y de silencio.

El Barrio Norte tras las celosías encargaba a París rayos de sol.

La cola interminable para verla y los que maldecían por si acaso no vayan esos cabecitas negras a bienaventurar a una cualquiera.

Flores podridas para Cleopatra.

Y los grasitas con el corazón rajado, rajado en serio. Huérfanos. Silencio.

Calles de invierno donde nadie pregona El Líder, Democracia, La Razón.

Y Antonio Tormo calla "amémonos".

Un vendaval de luto obligatorio.

Escarapelas con coágulos negros.

El siglo nunca vio muerte más muerte.

Pobrecitos rubíes, esmeraldas, visones ofrendados por el pueblo, sandalias de oro, sedas virreinales, vacías, arrumbadas en la noche.

Y el odio entre paréntesis, rumiando venganza en sótanos y con picana.

Y el amor y el dolor que eran de veras gimiendo en el cordón de la vereda.

Lágrimas enjuagadas con harapos, Madrecita de los Desamparados.

Silencio, que hasta el tango se murió.

Orden de arriba y lagrimas de abajo.

En plena juventud. No somos nada.

No somos nada más que un gran castigo.

Se pintó la República de negro mientras te maquillaban y enlodaban.

En los altares populares, santa.

Hiena de hielo para los gorilas pero eso sí, solísima en la muerte.

Y el pueblo que lloraba para siempre sin prever tu atroz peregrinaje.

Con mis ojos la vi, no me vendieron esta leyenda, ni me la robaron.

Días de julio del 52 ¿Qué importa donde estaba yo? II No descanses en paz, alza los brazos no para el día del renunciamiento sino para juntarte a las mujeres con tu bandera redentora lavada en pólvora, resucitando.

No sé quién fuiste, pero te jugaste.

Torciste el Riachuelo a Plaza de Mayo, metiste a las mujeres en la historia de prepo, arrebatando los micrófonos, repartiendo venganzas y limosnas.

Bruta como un diamante en un chiquero ¿Quién va a tirarte la última piedra? Quizás un día nos juntemos para invocar tu insólito coraje.

Todas, las contreras, las idólatras, las madres incesantes, las rameras, las que te amaron, las que te maldijeron, las que obedientes tiran hijos a la basura de la guerra, todas las que ahora en el mundo fraternizan sublevándose contra la aniquilación.

Cuando los buitres te dejen tranquila y huyas de las estampas y el ultraje empezaremos a saber quién fuiste.

Con látigo y sumisa, pasiva y compasiva, única reina que tuvimos, loca que arrebató el poder a los soldados.

Cuando juntas las reas y las monjas y las violadas en los teleteatros y las que callan pero no consienten arrebatemos la liberación para no naufragar en espejitos ni bañarnos para los ejecutivos.

Cuando hagamos escándalo y justicia el tiempo habrá pasado en limpio tu prepotencia y tu martirio, hermana.

Tener agallas, como vos tuviste, fanática, leal, desenfrenada en el candor de la beneficencia pero la única que se dio el lujo de coronarse por los sumergidos.

Agallas para hacer de nuevo el mundo.

Tener agallas para gritar basta aunque nos amordacen con cañones.




La eñe también es gente

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? "La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.
Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

Adiós, María Elena

Tristeza, pena, dolor, soledad y nostalgia en la patria de la infancia.
Hasta siempre, María Elena Walsh, gracias por todo.