Para pensar, meditar y reflexionar...
1141) ¿No pareciera existir en la televisión argentina una cierta compulsión enfermiza a utilizar todo el tiempo sin ton ni son, sin datos concretos, sin números avaladores y sin comprobación estadística la palabra “record”?
1142) ¿No es un despropósito el escandaloso espacio que le dan en la agenda periodística de los noticieros y en los programas de interés general de la televisión a la politiquería barata, a las internas partidarias, al chiquitaje, al chismerío, al chusmerío, a las preocupaciones urbanas de las clases medias y altas, a la exacerbación de la sociedad de consumo, a la exagerada valoración de la imagen, a la reproducción de intereses sectoriales, a la representación de lobbies corporativos y al puterío farandulesco de la política; y por el contrario, que poco centimetraje ocupa en las pantallas de la caja boba los temas referidos a derechos humanos, las reivindicaciones de memoria, verdad y justicia, las luchas sociales y populares, las plataformas políticas, las cuestiones ideológicas, los debates sobre el sistema y las discusiones sobre el modelo económico?
1143) ¿Javier Doberti no estaba más para seguirle los pasos a Fantino, a Matías Martin, a Diego Korol o aunque sea a Diego Díaz o a Pablo Muney que para convertirse en el pretenciosamente serio corresponsal en Argentina de la cadena CNN?
1144) ¿Al final Diego Gvirtz y sus empleados no fueron tan corporativos con el Grupo Clarín en su pelea contra el gobierno y tan poco críticos e independientes, como en su momento lo fueron los dóciles y abiertamente carneros periodistas de América cuando los dirigentes de ese canal censuraron a “TVR”, obligándolos a irse de la emisora?
1145) ¿En la televisión argentina no parecen confundir “fundar” con “fundir”?
1146) ¿Será por egocentrismo, por vanidad, por pedantería o por simple ignorancia y desconocimiento ortográfico, semántico y gramatical que muchos periodistas y comunicadores para hablar o escribir solo utilizan la primera persona del singular?
1147) ¿Quines son más ridículos: los jugadores, directores técnicos, dirigentes o hinchas de los clubes que ante los malos resultados deportivos se justifican diciendo que a su equipo los bombean a propósito y que son víctimas de un complot, de un arreglo o de una rebuscada conspiración para perjudicarlos porque sí o ciertos periodistas y comunicadores que desde los grandes medios de comunicación se creen más importantes y trascendentes de lo que realmente son y que ante los malos resultados de audiencia y ante la falta de repercusión mediática y reconocimiento público se justifican asegurando sentirse víctimas de conspiraciones, complots, persecuciones, amenazas, censuras, prohibiciones o proscripciones como si desde sus acomodados, serviles y aburguesados trabajos pudiesen molestar y joder seriamente a algún foco de poder?
1148) ¿Luis Majul asistiendo tontamente ante todas y cada una de las respuestas de sus entrevistados no parece uno de esos perritos de plástico y felpa que menean la cabeza coreográficamente ante el movimiento de los vehículos?
1149) ¿Junto con la por ahora lamentablemente demorada separación entre Estado y Religión y la injustamente postergada escisión entre lo Público y lo Religioso, no habría que plantear la también democrática y plural independencia entre Medios y Religión, entre Periodismo y Religiosidad, entre Prensa e Iglesia, entre Comunicación y Catolicismo y entre el Manual de Estilo Periodístico y la Biblia?
1150) ¿Los periodistas televisivos más que formadores de opinión no parecen ser deformadores de la razón y controladores de la información?
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