Para pensar, meditar y reflexionar...
851) ¿Será cierto que ante el éxito de Tití Fernández en “Cantando por un Sueño” ahora se vienen Marcelo Benedetto en “Bailando por un Sueño”, Héctor Gallo en “Patinando por un Sueño”, Rodrigo García Luzardi en “Nadando por un Sueño”, Damián Trillini en “Sanateando por un sueño”, Emiliano Pinsón en “Mintiendo por un sueño”, ”, Leonardo Chino Outón en “Inventando por un Sueño”, Walter Quijeiro en “Humillándose por un sueño Martín Líberman en “Operando por un Sueño”, Juan Carlos Toti Pasman en “Transando por un Sueño”, Walter Safarián en “Especulando por un Sueño”, Enrique Macaya Márquez en “Desentendiéndose por un Sueño”, Sebastián Vignolo en “Tostándose por un sueño”, Mariano Closs en “Quemándose por un Sueño” y Fernando Niembro en “Manipulando por un Sueño”?
852) ¿La disputa Chavo Fucks – Gastón Recondo no debería denominarse “el hambre y las (muchas) ganas de comer”?
853) ¿No es un poco desestimulante para el bueno de Quique Wolff, que supo jugar al fútbol profesional con éxito en primera división y vestir con éxito las camisetas de la Selección Nacional, de Real Madrid, de Las Palmas, de River Plate, de Racing Club, de Tigre y de Argentinos Juniors (con Maradona de compañero), que un tipo como Marcelo Palacios (que casualmente vive de Maradona) lo emule en la costumbre de conducir programas televisivos con una pelota en las manos sobre un escritorio, cuando éste lo más cerca que estuvo de un campo de juego es en los puestos de choripán que siempre hay a los costados de las canchas?
854) ¿Alejandro Fantino como conductor es un buen relator y como relator es un buen conductor?
855) ¿No pareciera ser que los periodistas deportivos confunden “cordura” con “gordura”?
856) ¿Quique Sacco es para los futbolistas lo que Fernando Bravo es para las amas de casa?
857) ¿No sería más productivo para la tan mentada objetividad periodística que una vez por año al finalizar la temporada futbolística se abra una especie de libro de pases interno en los canales de televisión deportivos y en las tiras y transmisiones radiales, y que a los cronistas que cubren la información de determinados clubes los vayan cambiando de equipo así se corta con esa especie de relación enfermiza justificativa chupamedias obsecuente en la que terminan siendo más papistas que el Papa y más que periodistas se convierten en voceros de prensa, traductores y abogados defensores de jugadores, técnicos, dirigentes, hinchas y hasta barras bravas de las instituciones de las cuales solo deberían informar, investigar y analizar?
858) ¿Luego del levantamiento del buen ciclo “El Sello” y la proscripción de su conductor Ramiro Sánchez Ordóñez por parte de la sociedad ilícita entre Julio Grondona y Torneos y Competencias, solo por su sagacidad periodística de haber dejado en evidencia al jefe del fútbol argentino de su miserable antisemitismo, de su racismo y de su xenofobia, no se llega a la lamentable conclusión de que lo que prevaleció fue “El Sello” mafioso del padrino de la AFA?
859) ¿Alguien puede diferenciar con exactitud al bobina de Marcelo Sigüenza del bobina de Marcelo Grandío?
860) ¿Quiénes son más falsos, caretas e hipócritas: los grandes productores del campo, la oligarquía terrateniente, los cerdos burgueses aristócratas con pretensiones intelectuales y de un sesgo seudo progresista, los que en semana santa no comen carne y comen pescado como si eso los absolviera de ser terribles garcas, canallas, miserables y cagadores, las autoridades eclesiásticas que condenan el uso del preservativo en las pecaminosas relaciones sexuales pero que permiten dentro de su institución a los curas abusadores, violadores y pedófilos o los periodistas deportivos que demagógicamente critican el supuesto favoritismo y las aparentes prerrogativas para con ciertos clubes poderosos en desmedro de otros más humildes, cuando ellos mismos trabajan en grandes medios de comunicación monopólicos y hegemónicos con espurios derechos exclusivos, impunidad mediática y cochinos favores de parte del Estado y de la dirigencia deportiva, aceptando de buena gana el trato desigual a los medios chicos, alternativos, barriales, comunitarios o sin banca mafiosa?
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